Añeja, provista de tradiciones, llena de orgullos y pasiones, de nombres heroicos y de pasajes casi épicos, así es la historia del CLUB AMERICA, generadora de fervores en casi todos los confines de nuestro país, incluso más allá de nuestras fronteras.

Amado u odiado, pero nunca indiferente ante los ojos de los aficionados del balompié es el nombre del AMERICA. Hoy con mas de 83 años de existencia, el conjunto azulcrema se enfila hacia la modernidad de un flamante milenio estrechando vínculos con sus seguidores.

Mas el futuro, con todos los prodigios tecnológicos que promete, no tiene sentido sin la revisión del pasado y voltear a éste, es una emisión agradable en el caso de este equipo, el más grande de México.

EPOCA AMATEUR

El auge desatado por el futbol entre las colonias británica y española fue axpandiéndose con rapidez entre la sociedad capitalina; en poco tiempo, las escuelas particulares de la Ciudad de México adoptaron el futbol como el deporte de moda.

Hacia 1916,el futbol era practicado con avidez por los jóvenes estudiantes de los colegios jesuitas y maristas. En el Colegio Mascarones un grupo de muchachos que no rebasaban los trece años de edad, encabezados por Rafael Garza Gutiérrez y Germán Nuñez Cortina, decidió crear un equipo con los mejores jugadores de la escuela.

Muy cerca del colegio vivía doña Calixta Cortina viuda de Domínguez, la "tía Calita", quien su sobrino Germán pidió su casa para realizar la primera reunión. Ahí en Alzate 136, colonia Santa María la Ribera, nació el equipo RECORD.

En el colegio marista de La Perpetua se había formado un equipo llamado Colón. Muchas veces no alcanzaba a juntar a los 11 jugadores reglamentarios. Su entrenador, Eugenio Cenoz, les propuso unirse a otro equipo para ser mas competitivos.

El equipo de los Mascarones contaba con suficientes jugadores de calidad pero carecía de uniformes y solo tenían un balón para entrenar. Los de La Perpetua, en cambio, teníanprometidos varios metros de tela de casimir para la confección de los uniformes; además contaban con dos balones ingleses de excelente calidad.

Decidieron reunirse el 12 de octubre de 1916 para concretar la fusión. Los muchachos se congregaron en los llanos de La Condesa para discutir el posible nombre del equipo. Las propuestas fueron muchas pero al final ganó por unanimidad la de Pedro "Cheto" Quintanilla, quien sugirió el nombre de AMERICA, puesto que ese día se celebraba el descubrimiento del continente.

El naciente equipo propuso formar una directiva que realizara las gestiones necesarias para ser aceptado en la Liga Mayor. Como presidente quedó a cargo Florencio Domínguez Cortina, cuya primera tarea fue la de crear dos categorías en el nuevo club: la mayor, en donde juagrían todos aquellos mayores de 15 años y que sería la que iba a buscar un sitio en la liga del Distrito Federal, y la menor, en la que participarían los menores de 15 años y la cual estaría a cargo de Rafael Garza Gutiérrez, quien contaba con sólo 13 años de edad.

El América jugó un torneo de segunda fuerza y ganó en ambas categorías, por lo que en 1917 decidieron pedir su ingreso a la Liga Mayor. Los equipos extranjeros que la formaban los miraban con desprecio, como jóvenes sin experiencia y, por si fuera poco, mexicanos. Sin embargo, aceptaron realizarles una prueba de tres partidos. El requisito era que no perdieran ninguno de ellos. Ganaron los dos primeros y lograron empatar contra el cuadro de mayor prestigio en esa época: el España. Aquellos jovencitos por los que no se daba un peso, ganaron su lugar por esfuerzo propio.



EL UNIFORME

En aquella reunión en casa de tía Calita, donde nació el equipo récord, también se definieron los colores del uniforme. Rafel Garza Gutiérrez, aquel joven espigado, principal promotor de la creación de la nueva escuadra, había tomado del armario de su padre unos pantalones viejos. Los cortó a la altura de las rodillas y se confeccionó un pantaloncillo corto. Esta prenda, que algún día fue un pantalón azul marino, se unió a una camisa color crema ya gastada, de mangas largas y botones al frente, que aquel chico atesoraba pese a que ya había visto pasar sus mejores días.

Al año siguiente, América ingrsó a la Liga Mexicana de Aficionados, donde militaban clubes de ilustre trayectoria como México, Necaxa, Asturias y España. Poco después, el colectivo capitalino fue rebautizado comon CENTRO UNION, pero esta denominación no duró mucho tiempo, pues en 1920 se readoptó el nombre de AMERICA.

LOS FABULOSOS 20

Si los años 20 representaron para la humanidad una etapa agraciada después de los estragos de la Primera Guerra Mundial, no menos afotunadoss fueron para el América, pues durante esa década llegaron los primeros episodios gloriosos en las memorias del Club.

Durante el ciclo 1923-24, América se adjudicó la Copa Vizcaya al superar al coloso futbolístico mexicano de aquel tiempo, el Club España, equipo que ya reunía varios honores en su palmarés.



En la justa 1924-25, el equipo conquistó el que sería su primer título de Liga. Fue el primero de una cadena de cuatro que en esa época alcanzó el equipo, loss dos primeros bajo el mando de Rafael Garza Gutiérrez "Récord". De los 12 partidos que disputó en el campeonato 1924-25, América ganó 10 y empató dos, quedando invicto; anotó 22 goles y recibió solamente cuatro. Como dato curioso, los americanistas aseguraron su coronación con un triunfo por default ante el Aurrerá.

El 9 de mayo de 1926, en el Parque España, América derrotó al asturias con marcador de 1-0, con gol anotado por Juan Terrazas y con ello capturó por segunda ocasión la supremacía. Además, la consiguió nuevamente de manera invicta. En el plano internacional, el equipo de la casaca crema viajó a Cuba para sostener algunos partidos en la isla.

Llegó el tricampeonato la tarde del 5 de junio de 1927, cuando el equipo ya era guiado por Percy Clifford, uno de los mejores técnicos de todas las épocas en nuestro futbol. Benito Contreras, quien había militado previamente en las filas del Deportivo Toluca, fue el autor de los dos tantos con que América doblegó al Aurrerá 2-1 para coronarse.

De esta manera, el equipo se quedó con la Copa Challenger, un galardón que se acordó sería otorgado a la primera escuadra que en esos días encadenara tres campeonatos.

Por si fuera poco, en 1927, América enfrentó en dos ocasiones ni más ni menos que a uno de los gigantes del futbol mundial, el Real Madrid. Ambos duelos arrojaron resultado favorable a los "merengues" hispanos, 4-2, el 4 de septiembre y 5-3, 14 días más tarde.

Para 1927-28, América reportó como novedades a Pedro Suinaga, Charles Neumayer, Carlos Carral, y Manuel Romero Vargas. Los azulcrema aspiraban a igualar la hazaña que en la década previa habían fraguado el Reforma Athletic Club y el Club España, la obtención de cuatro títulos en fila.

Y así fué, América consiguió tan elevada meta el 11 de noviembre de 1928 al propinar un contundente 3-1 al que parecía ya su cliente, el Aurrerá. Carlos Garcés, el padre de la famosa porra "Siquitibum", Roberto Gayón y Alberto "Chaparro" Muñoz fueron los autores de los goles americanistas en esa memorable jornada que redondeó una temporada de 11 victorias, dos empates y apenas una derrota, propinada éssta por el Necaxa. En lo que a goleo se refiere, América marcó 41 a favor y recibió 19. Es bueno recordar que en ese año de 1928, México viajó a los Juegos Olímpicos de Amsterdam con varios elemntos de extracción americanista.

La brillante racha americanista se vió interrumpida por el Marte del general Aguirre, donde participaban varios futbolistas tapatíos. De cualquier manera, el América se ubicó en la tercera posición de la tabla general al terminar el campeonato 1928-29. Como consuelo le quedó el triunfo en la Copa Covadonga.

Con el fin de los años 20, se cerró también la primera edad dorada de los azulcrema, con algunos jugadores de origen veracruzano, como Alfredo "Viejo" Sánchez, un fino mediocampista procedente del Orizaba que se incorporó al equipo en 1929.

La transición de los años 20 a los 30 representó también para el América un periodo de transformación. Poco a poco se retiraban jugadores de la primera gran generación y llegaban nuevos valores. Fue así como como se vió emerger en el torne 1929-30 al guardameta Rafael Navarro "Navarrito", que intervino con la Selección Mexicana en las eliminatorias para el Mundial de Italia 34.

En el certamen 1929-30, parecía que el América volvería por sus fueros, pero sólo lle alcanzó para ser subcampeón, apenas un punto abajo de los albinegros del España.

TIEMPOS DE VACAS FLACAS

Durante los 30, el predominio del España se extendió. En el espacio de 1930 a 1940, este Club se añadió cuatro títulos a su ya de por sí amplia galería de galardones. Compartió roles protagónicos en la escena futbolística nacional con Atlante, el famoso "equipo del pueblo", quue se ciñó la corona por primera vez en la liga 1931-32, y con el legendario Necaxa de los 11 hermanos, uun cuadro que ganó cuatro títulos.

Pero los 30 no fueron una buena etapa para el América, pues prácticamente se quedó con las manos vacías, a excepción de la Copa conquistada en 1938, justo cuando en el plantel figuraba una de las máximas figuras de nuestro futbol, Luis "Pirata" Fuente.

Pese a la sequía, surgieron algunas personalidades, que son recordadas hasta nuestros días como los insignes americanistas de siempre. Allí está, por ejemplo, el guardameta Rafael Mollinedo, quuien se dice fue un autodidacta de futbol, pues aprendió en la cancha los secretos del oficio, caracterizándose por su valentía.

Allá por 1937, vistió la camisa del Club Octavio Vial, otro inmortal de las canchas mexicanas. Se distinguió por su excepcional intuición goleadora y su plasticidad en remates de cabeza.

A través de esrta década, el América sostuvo una gran cantidad de juegos internacionales. Destacó aquel triunfo sobre el Athletic de Bilbao, aquel 28 de julio de 1935, por 2-1.

Uno de los triunfos más resonantes fué contra el FC Barcelona, venciéndolo 2-0, el 20 de junio de 1937. Y tampoco escapa de la memoria ese empate a dos goles contra la notable Selección Vasca, ocuurrido en 7 de noviembre de ese mismo año.

Hacia 1938, el América conseguiría su último título en la época amateur y éste fué el Torneo de Copa.

EPOCA PROFESIONAL

Para la contienda 1943-44 se establece el régimen profesional en el futbol mexicano. Y es juuustamente el América en poner en marcha esa flamante era, cuando enfrentó el 17 de octubre de 1943 al ADO (Asociación Deportiva Orizabeña), superándola por goleada de 6-1.

Tres meses después, en el invierno de 1944, América chocó por primera vez contra el que ahora es su archirival, el Guadalajara, al que todavía le faltaban muchos años antes de ser conocidas como las Chivas Rayadas. La serie entre azulcremas y tapatíos se inició con éxito para éstos con un marcador de 3-1 en el Parque Oblatos en la Perla de Occidente.

Mas no tardó en producirse el desquite por parte de los pupilos de Don Luis Regueiro, ya que en el partido de vuelta de ese mismo torneo 1943-44, América humilló al Guadalajara con un contundente 7-2. Comenzó a inflamarse lla puugna que a finales de loss 50 ya sería un auténtico clásico.

La desaparición de Necaxa justo cuando estaba por comenzar la época profesional, fuuue un hecho que benefició al América. Varios jugadores de los "electricistas" como Toño Azpiri, "Perico" Vera, Salvador Mota, Carlos Mendoza y Don Nacho Trelles pasaron al cuadro azulcrema.

Ya a finales de los 40, el balompié nacional había crecido tanto que se hizo necesaria la creación de la Seguunda División para 1951.

Al llegar a los 50, la rivalidad entre América y Guadalajara se torna todavía más apasionada. En los años 1954 y 1955 los azulcrema se adueñaron de la Copa México superando en las finales al equipo tapatío. La primera de ellas muy emotiva, pues se requirieron de los tiempos extras y penales para arrojar un vencedor. La figura de los americanistas fué el argentino Emilio Fizel, quen le anotó tres goles al famoso portero del Guadalajara Jaime "el tubo" Gómez.



En la segunda, el conjunto americanista le ganó a los tapatíos 1-0 y luuego le ganaría al campeón de Liga, Zacatepec, por 3-2 para coronarse por primera vez Campeón de Campeones.

CON EMILIO AZCARRAGA, ASUME EL EQUIPO PERSONALIDAD TRIUNFADORA.

Durante los 50, los primeros logros importantes en la etapa del profesionalismo se incorporaban a los anales del América. A finales de esa década, don Emilio Azcárraga Milmo adquirió la franquicia del Club.

Poco antes de que el renombrado empresario comprara a los azulcrema, don Fernando Marcos asumió la dirección t´cnica del equipo en la competencia 1957-58, cuando en el plantel se encontraban figuras como Portugal, Lemus, Walter Ormeño, "Tigre" Gómez, Nájera, Bosco, Valdés, Buendía, Palmer, Calderón de la Barca, Soto, Pavés, "Pepin" González, Palleiro, Arrieta, Jasso, el argentino Shandleid y Enrique Huerta como portero suplente.

Pese a estar compuesto de una camada, el América se vió relegado al noveno puesto entre 14 equipo que participaban en el torneo 57-58.

Vino el desquite en 1958-59, cuando los azulcrema ascendieron al cuarto lugar y Eduardo González Palmer se consagró como el primer campeón goleador americanista en la era profesional, con 25 goles. Ya antes en los años 20, Ernesto y Jorge Sota habían conseguido tan importante mérito, enfundados en la casaca americanista.

El 12 de noviembre de 1959, América y Guadalajara se midieron en el estadio de C.U. para practicamente resolver la supremacía del torneo 1959-60. Ante la abarrotada cazuela del Pedregal, los tapatíos ganaron 2-1.

La competencia 1960-61 fue en extremo complicada para el bando capitalino, que sólo pudo ubicarse en el quinto sitio de la tabla con 26 puntos.

Ya para la campaña 1961-62, Emilio Azcárrga dispuso que el señor Guillermo Cañedo, quien venía fungiendo como presidente de los cañeros del Zacatepec y de la FMF, se hiciera cargo de la oficina del América.

Entre las primeras contrataciones significativas de Don Guillermo Cañedo están la de los brasileños Francisco Moacyr, Ney Blanco de Oliveira, Urabato Nuñez y José Alves "Zague". Asimismo, designó a Ignacio Trelles y dejó a Mario Pérez en calidad de asistente.

Como resultado de las buenas acciones del señor Cañedo en la directiva americanista, los logros no tardaron en llegar. Así, la noche del 21 de abril de 1964 en el estadio Universitario de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, el equipo que ya conducía don Alejandro "conejo" Scopelli superó 6-5 a la Pandilla del Monterrey en la final de Copa. Durante esa velada, Alfonso Portugal cumplió una memorable actuación al anotar 5 de los goles azulcremas; José "Pepín" González consuiguió la otra anotación.

Para 1965, América refrendó su hegemonía en la Copa al vencer por 4-0 a los Canarios del Morelia, la tarde del 7 de marzo en la cancha del estadio de la Ciudad Universitaria. Las anotaciones fueron obra de Javier "Chalo" Fragoso y de Vavá, cada uno con un par.

América estaba recuperando sus fulgores, pues la liga 1965-66 también quedó en su poder. El 19 de diciembre de 1965, el conujunto guiado por Scopelli y Pepe Moncebáez superó 2-0 al Veracruz sobre la grama del Coloso del Pedregal con goles de Jorge "Coco" Gómez y "Chalo" Fragoso para asegurara la supremacía. Al finalizar la campaña,los cremas habían sumado 42 unidades, con 18 victorias y seis empates; sufriendo 6 derrotas y permitieron 29 goles. El brasileño Zague contrubuyó con 20 anotaciones a la cosecha de 55 tantos que hicieron al América el cuadro más goleador entre 16 clubes que entonces aglutinaba el máximo circuito. La suma de José Alves le permitió consagrarse como líder romperredes.

Aunque al año siguiente los millonetas, como también se conocía en esa época al equipo, cedieron el título al Toluca, sin duda el evento más significativo para el club fué la inauguración del majestuoso Estadio Azteca al sur de la Ciudad de México, la tarde del 29 de mayo de 1966, cuando el imponente coliseo abrió sus puertas para la celebración del encuentro entre América y el conjunto italiano Torino. El resultado de la confontación fue de empate a dos goles. Tocó el honor de marcar el primer tanto en el Azteca al brasileño Arlindo dos Santos Cruz "Memín".

INICIAN LAS LIGUILLAS; MÁS HONORES PARA LOS AZULCREMA

La popularidad y competitividad del equipo crecían. La tendencia ascendente se mantuvo con la incorporación de jugadores extranjeros, varios de ellos de gran cartel.

Con la finalidad de resolver al campeón de cada temporada, después de la Copa del Mundo de 1970 se creó el sistema de liguillas posterior a las competencias regulares.

Y fué precisamente el América el primer cuadro que se erigió campeón bajo esta fórmula, derrotando en la gran final al Toluca por 2-0, la tarde del 1 de agosto de 1971 en el Estadio Azteca. Los tantos americanistas fueron concretados por el chileno Carlos Reinoso y Horacio López Salgado.

Además, en ese mismo torneo Enrique Borja anotó 20 tantos y obtuvo el primero de los tres títulos de goleo que ligó con la playera americanista.



En la víspera del invierno de 1973, América, dirigido por don José Antonio Roca, capturó la Copa al dar cuenta del Cruz Azul por 2-1 en el Estadio Azteca. Los chilenos Osvaldo Castro "Pata Bendita" y Roberto "Negro" Hodge fraguaron los goles del cuadro de Coapa.

Corría el verano de 1976, Cuando América volvió a la cima del futbol mexicano al obtener el campeonato de Liga del torneo 1975-76. En la final, los Cremas se impusieron por marcador global de 4-0 a la Universidad de Guadalajara. Por si fuera poco, América derrotó 2-0 a los Tigres de la UANL en el duelo por el Campeón de Campeones.



El 18 de enero de 1978, América derrotó 1-0 al monarca de Surinam, el Robin Hood, con lo que alcanzó la honra como campeón de la Concacaf.

Poco después, los azulcrema se consagraron como campeones de la Copa Interamericana doblegando 2-1 al prestigioso conjunto argentino Boca Juniors. La segunda y definitiva anotación americanista la logró con excelsitud el chileno Carlos Reinoso; una de esas jugadas que hacen época. La Interamericana de 1978 es uno de los máximos trofeos que yacen en las vitrinas americanistas.

VOLANDO HACIA LO MAS ALTO

En la historia moderna del América, no ha habido un periodo de mayores satisfacciones que la década de los 80, cuando las ya denominadas Aguilas se adjudicaron cinco títulos de Liga, dos de Campeón de Campeones y uno de Concacaf.

Desde que en 1982 se hizo cargo de la presidencia del equipo el señor Emilio Díez Barroso, las águilas observaron un repunte extraordinario.

La personalidad del equipo no sólo cambió en el uniforme y en el apodo, desde entonces la combatividad futbolística del equipo es acompañada por un alegre himno compuesto por Carlos Blanco.

Asimismo, Carlos Reinoso, asumió el puesto de Director Técnico. Con el chileno en el banquillo, América lució implacable en la competencia 1982-83 al totalizar 61 puntos. Acumuló 26 victorias, 9 empates y sólo 3 derrotas, marcó 69 goles y aceptó sólo 27. A todo esto hay que agregar que el argentino Norberto Outes se erigió campeón goleador con 22 anotaciones.

Sin embargo, en la liguilla el vuelo de las Aguilas hacia el campeonato fue frenado por su más odiado rival, Guadalajara. Tras sacr ventaja en el Estadio Jalisco de 2-1, América perdió 3-0 en el Azteca en el juego de vuelta. Quizá, este ha sido el mejor América que se ha quedado corto en su afán por ser campeón.

La oportunidad del desquite se presentó un año mas tarde, cuando las Aguilas, después de un empate a dos en la final de ida en el Jalisco, aprovecharon en la vuelta el yerro en el cobro de un penal por parte de Eduardo Cisneros, para aniquilar el ánimo de las Chivas y terminar imponiéndose a estas por marcador de 3-1 con goles de Bacas, Tena y Aguirre.

Pra la competencia 1984-85, se hizo necesaria la celebración de tres encuentros de final entre los Pumas y las Aguilas. El primero arrojó un empate a uno en el Azteca. Cuatro días después, en C.U., el partido concluyó sin goles. La igualdad en el global llevó a disputar un tercero y definitivo en el estadio Corregidora de Querétaro, la noche del martes 28 de mayo de 1985. Dos anotaciones del "Ruso" Brailovsky pusieron al América en camino de la gloria. El triunfo correspondió a los azulcrema 3-1; la otra diana de las Aguilas la apuntó Carlos Hermosillo, en tanto que el "Tuca" Ferreti asentó la de la honrilla universitaria.



El tricampeonato se consumó en octubre del mismo año, cuando las Aguilas encararon al Tampico Madero en la final del Prode 85, uno de los dos torneos cortos previos al mundial de México 86. Luego de una batalla de ida en la que el bando tamaulipeco obtuvo una cómoda ventaja de 4-1, el América hizo la hombrada y en el juego de vuelta los venció 4-0, en uno de los más grandes regresos en la historia del América y del futbol mexicano.

Corría el verano de 1987 cuando América asumió por segunda vez en su devenir la cima de la Concacaf al dar cuenta 2-1 del club costarricense Saprissa.

En la segunda temporada posterior a la Copa del Mundo, América resurgió y se quedó con la Liga superando 4-2 en el global de la final a los Pumas.

Adicional a este laurel, hay que acreditar al América el triunfo sobre el Puebla 2-0 por el Campeón de Campeones.

Sirvió el joven clásico capitalino entre América y Cruz Azul para definir al vencedor de la contienda 1988-89. Gracias a una ventaja de 3-2 en la batalla final de ida, las Aguilas prevalecieron en la vuelta, pese a terminar esta con empate a dos.

Igual que el año anterior, el conjunto de Coapa se postuló Campeón de Campeones luego de vencer al Toluca, dueño de la Copa. Eso ocurrió el 20 de julio de 1989, jornada en la que las Aguilas vencieron a los diablos por 2-1, con goles de Seixas y Hermosillo. Por el Toluca, Roberto Masciarelli anotó el del descuento.

LOS DIFICILES 90

Un periodo difícil ha atravesado el América en los 90, pues no obtuvo en esa década ningún título de Liga. Lo más cerca fue su partido final contra los Pumas en la campaña 1990-91, ya hace casi 10 años.

Pocos meses antes de este enfrentamiento, América conquistó una clara victoria sobre el colectivo cubano Pinar del Río. De esta manera, las Aguilas llevaron a sus aparadores el trofeo que las acreditaba como campeones de Concacaf.

Además, el día que América conmemoró 85 años de su fundación, lo celebró con el triunfo de 2-1 frente al club paraguyo Olimpia y con ello se atribuyó por segunda ocasión la Copa Interamericana.

Un gol de Hugo Sánchez, la noche del 5 de enero de 1993, en Santa Ana, California, permitió al América obtener su mas reciente palma de importancia, el campeonato de Concacaf de 1993. La víctima entonces fué el equipo tico Alajualense.

El tricampeonato se consumó en octubre del mismo año, cuando las Aguilas encararon al Tampico Madero en la final del Prode 85, uno de los dos torneos cortos previos al mundial de México 86. Luego de una batalla de ida en la que el bando tamaulipeco obtuvo una cómoda ventaja de 4-1, el América hizo la hombrada y en el juego de vuelta los venció 4-0, en uno de los más grandes regresos en la historia del América y del futbol mexicano.

Corría el verano de 1987 cuando América asumió por segunda vez en su devenir la cima de la Concacaf al dar cuenta 2-1 del club costarricense Saprissa.

En la segunda temporada posterior a la Copa del Mundo, América resurgió y se quedó con la Liga superando 4-2 en el global de la final a los Pumas.

Adicional a este laurel, hay que acreditar al América el triunfo sobre el Puebla 2-0 por el Campeón de Campeones.

Sirvió el joven clásico capitalino entre América y Cruz Azul para definir al vencedor de la contienda 1988-89. Gracias a una ventaja de 3-2 en la batalla final de ida, las Aguilas prevalecieron en la vuelta, pese a terminar esta con empate a dos.

Igual que el año anterior, el conjunto de Coapa se postuló Campeón de Campeones luego de vencer al Toluca, dueño de la Copa. Eso ocurrió el 20 de julio de 1989, jornada en la que las Aguilas vencieron a los diablos por 2-1, con goles de Seixas y Hermosillo. Por el Toluca, Roberto Masciarelli anotó el del descuento.

Pocos meses antes de este enfrentamiento, América conquistó una clara victoria sobre el colectivo cubano Pinar del Río. De esta manera, las Aguilas llevaron a sus aparadores el trofeo que las acreditaba como campeones de Concacaf.

Además, el día que América conmemoró 85 años de su fundación, lo celebró con el triunfo de 2-1 frente al club paraguyo Olimpia y con ello se atribuyó por segunda ocasión la Copa Interamericana.

Un gol de Hugo Sánchez, la noche del 5 de enero de 1993, en Santa Ana, California, permitió al América obtener su mas reciente palma de importancia, el campeonato de Concacaf de 1993. La víctima entonces fué el equipo tico Alajualense.